Se trata de utilizar robots para la vigilancia penitenciaria. El proyecto es impulsado por el ministerio de Justicia y tiene un presupuesto superior a US$ 850.000. La prueba se efectuará en la cárcel de la ciudad de Pohang, y las tareas de los robots serán patrullar los pasillos, revisar el estado de las celdas y, si detectan actividad repentina o inusual, alertar a los guardias "humanos". Además, funcionarán como vía de comunicación para los presos que necesiten contactarse con un guardia. No obstante, hay dudas sobre la reacción que puede generar en los internos. ¿Se imaginan esta prueba en alguna cárcel argentina?