OPINION
Modestia versus Humildad en Seguridad
Todo el mundo escuchó alguna vez el chiste en el que una persona lista una gran cantidad de cualidades sobre sí misma y luego agrega “...además soy extremadamente humilde”. Pero el remate no necesariamente sea la graciosa contradicción que aparenta significar.
Ari Yacianci, Profesional en Gestión de Riesgos y Seguridad
Decir seriamente “Soy el mejor profesional de seguridad que haya pisado la faz de la tierra, en toda la historia” muestra no tener modestia ni humildad. De hecho, es fácil darse cuenta de que cuando una persona hace declaraciones no humildes, muy probablemente esté equivocada.
Por otro lado, decir con convicción “Soy un excelente profesional de seguridad” puede no ser una muestra de modestia, pero aún deja un amplio margen para la humildad, que es lo verdaderamente importante. Pero, ¿por qué?
Las Definiciones
- La humildad (del latín “humilĭtas”) se define como la virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades, y en obrar acordemente. Es decir, es una forma integral de ser.
- La modestia (del latín “modestus”) está definida por cuestiones de apariencia, estatus socioeconómico, e importancia percibida. Muchos diccionarios pueden listarla como sinónimo de humildad, pero es notorio que la modestia es más una cuestión de imagen que una forma de ser.
Modestia
La modestia es una herramienta cuya utilidad depende del equilibrio que logremos entre ella y la seguridad en uno/a mismo/a. Y deberá ser genuina. Teresa Baró, consultora en comunicación personal y empresarial, dijo:
“La modestia será una cualidad siempre que sea el reflejo de una humildad verdadera y no puro maquillaje”.
Un/a profesional con suficiente seguridad en sí mismo/a transmite seguridad a sus clientes y colaboradores, de modo que puede no necesitar esforzarse para presentarse en una luz positiva. Hay colegas que simplemente dejan que su trayectoria y referencias hablen por sí mismas.
Un/a profesional con muchas inseguridades puede necesitar mostrarse más seguro/a de sí mismo/a, hasta el punto en el que genere confianza en las demás personas y éso se retroalimente de forma tal que la seguridad proyectada la termine sintiendo internamente. La clásica frase “Finge hasta que se vuelva real” funciona.
Las personas con demasiada seguridad en sí mismas pueden no dejar de hablar de sus cualidades, resultando en el egocentrismo. Inversamente, también pueden acudir a la disminución o negación de sus muy evidentes logros y habilidades, con el fin de recibir atención y halagos (vanidad). Cuando ésto se hace en exceso, estamos hablando de una falsa modestia: no surge de la humildad ni conduce a ella.
Humildad
La humildad, como decíamos antes, es una forma de ser y está basada en el autoconocimiento. En su libro “Asesor en Sistemas de Seguridad”, Modesto Miguez, CPP explica que:
Para desarrollar la profesión es esencial conocerse a uno/a mismo/a, incluso antes que a sus potenciales clientes.
A diferencia de la modestia, nunca se puede tener demasiada humildad. Es lo que hace que nuestros avances profesionales y relaciones con las personas sean duraderos. A la humildad la podemos desarrollar reconociendo nuestras limitaciones, y la mejor manera de reconocerlas no es simplemente verbalizándolas, sino poniéndonos en acción acorde a ellas. Entre otras formas, podemos hacerlo:
- Capacitándonos continuamente (reconocer que no sabemos todo).
- Pidiendo ayuda o consejo a colegas (reconocer que no podemos hacer todo).
- Agradeciendo y felicitando a colaboradores (reconocer que no podemos hacer todo a solas).
- Pidiendo opiniones sobre nuestro desempeño (reconocer que no hacemos todo a la perfección).
- Siendo realistas en nuestras propuestas (reconocer que no podemos lograrlo todo).
- Investigando otras formas de pensar (reconocer que no siempre tenemos la razón).
Conclusión
La modestia no debe necesariamente ser un indicador de la humildad. No debemos tener problema en reconocer e incluso exaltar las cualidades de las que estemos más orgullosos. Justamente, al practicar la verdadera humildad esa aparente falta de modestia no se convierte en soberbia o arrogancia, sino que nos dirige hacia la autoestima y a un autoconcepto positivo.
Por eso les invito a que comenten, sin pudor ni vergüenza: ¿cuál consideran que es su mayor cualidad? ¿En qué consideran que deben mejorar?