lunes 30 de junio de 2025
Revista Innovación Seguridad » Infraestructura » 19 feb 2007

Propuestas para el desafío energético

Por Ramiro Prodan, presidente de CADIEELEl crecimiento económico y productivo constante que vive nuestro país nos pone frente a nuevos desafíos. Uno de ellos es cómo afrontar la mayor demanda de ener-gía requerida por la reactivación y qué hacer para que mientras se concretan las nuevas obras para su generación y transmisión, el sistema no corra riesgos.


Desde las empresas que conformamos la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (CADIEEL), estamos en condiciones de aportar es-fuerzos y soluciones para este tipo de situaciones que se generan cuando se incre-menta la demanda por la expansión del aparato productivo. Muchos de nuestros aso-ciados desarrollan y fabrican productos que inciden significativamente a la hora de disminuir el consumo sin por ello tener que resignar prestaciones o hacer erogaciones onerosas.

En ese sentido, la variedad de la oferta de soluciones abarca un público que va desde el usuario domiciliario hasta el empresario y a las diversas administraciones públicas. Un caso a tener en cuenta es el de Estados Unidos, donde la aplicación de políticas de uso racional y eficiente hizo que éstas se constituyeran en la mayor fuente de energía.

Veamos algunos ejemplos:

Fuentes. Actualmente una de las herramientas más útiles y que atraviesa a todos los públicos, es Internet. Pese a que el consumo de los equipamientos informáticos es concebido como mínimo, su expansión hace que sea uno de los puntos más sensibles a la hora de hacer un uso racional de la energía.
Como ejemplo, si para alimentar los modem que se usan para Internet se empleasen fuentes del tipo switching en lugar de las tradicionales con transformadores de nú-cleo de hierro, se podrían ahorrar entre 8 y 11 watts por cada una. Cifra que parece menor, pero que cobra dimensión al multiplicarla por los 2.000.000 de fuentes que se emplean para acceder a Internet, con lo que resulta que el ahorro de energía, por el uso fuentes electrónicas, sería de entre 16 MWatt y 22 MWatt/hora: el consumo de 10.000 viviendas. Lo mismo ocurre con muchas otras fuentes, como las que se utili-zan para alimentar teléfonos inalámbricos.

Capacitores: Otro de los problemas que se generan cuando se incrementa la deman-da energética es la necesidad de proveer a los nuevos usuarios que se agregan al sis-tema. Las líneas de transmisión de energía tienen una capacidad de transporte limi-tada y su ampliación requiere de fuertes inversiones sostenidas en el tiempo.
El empleo de capacitores (dispositivos para almacenar carga) para corregir el factor  de potencia en maquinarias y en las conexiones con el sistema de distribución permi-te optimizar ese sistema al evitar el transporte de energía innecesaria. Esto implica un doble beneficio: que un solo canal abastezca a más usuarios y que estos obtengan una reducción de su tarifa. El ahorro de energía se produce cuando se instalan dichos capacitores en el punto de alimentación de cada máquina eléctrica importante.

Iluminación: La iluminación de espacios públicos y en los hogares es otro de los pun-tos de atención a la hora de ahorrar energía y de usarla racionalmente. En cuanto a la iluminación hogareña, es importante destacar el ahorro que genera el uso de lám-paras de bajo consumo que puede llegar hasta casi el 80%. Además, el usuario conta-rá con un artefacto de mayor durabilidad y una disminución sensible del monto de la factura, que puede alcanzar el 15%. Para esto es imprescindible utilizar lámparas de bajo consumo con calidad garantizada, las únicas que aseguran el ahorro de energía.
En el caso del alumbrado público, se calcula que éste consume casi el 4% del total de la energía eléctrica. Una de las disposiciones que las diversas administraciones debe-rían adoptar es el reemplazo paulatino, a medida que se vayan agotando, de las lu-minarias de mercurio de alta presión por otras de sodio cuya eficacia promedio es de 110 lumen (cantidad de radiaciones luminosas sensibles al ojo humano) por watt con-sumido, frente a los 50 de la mercurial. Sin contar que las lámparas de sodio tienen un vida útil que duplica a las de mercurio.

Control de potencia en el alumbrado público: La implementación en los sistemas de alumbrado público de los balastos de doble potencia contribuye fuertemente al aho-rro de energía. Estos balastos están dotados de un dispositivo electrónico que les per-mite, a partir de determinados horarios, reducir la intensidad lumínica y, de ese mo-do, generar un ahorro de hasta el 40% del consumo en los períodos en los que ésta es menos necesaria. En la ciudad de Buenos Aires hay actualmente alrededor de 120 mil columnas de iluminación. Si tomamos, en un cálculo conservador, que cada una con-sume un promedio de 250 watt/hora, esto equivale a 30MW/h. El uso del balasto de doble potencia permitiría ahorrar un 20%, es decir 6MW/h, el equivalente al consumo de 3.000 viviendas, y eso considerando solamente las calles porteñas. Si dicha políti-ca de iluminación se extendiese a todo el país, se produciría un ahorro de energía muy importante.

LEDs: Casi todos conocemos los leds, esos puntos luminosos que están en el frente de equipos como radios, televisores y teléfonos celulares. Adicionalmente, estos disposi-tivos pueden utilizarse como reemplazo de las lámparas incandescentes gracias a su mejorada eficiencia lumínica que permite con sólo un watt de consumo dar una pres-tación similar a una lámpara de 100 watts.
Un ejemplo simple de cómo pueden contribuir al uso eficiente de la energía es su aplicación en los semáforos. Sólo en Buenos Aires existen más de 3.500 cruces sema-forizados y en cada uno de ellos hay un promedio de seis artefactos de tres luces ca-da uno, lo que da un total de 70 mil lámparas que, sumadas a sus controladores, da un consumo estimado de 600 Kw/h. Si se los reemplazara por leds, que además tie-nen una vida útil de 100 mil horas, este consumo se reduciría 100 veces.

Los elementos aquí mencionados responden a una ecuación muy ventajosa en la que se mejoran prestaciones, se ahorra energía, aumenta la vida útil de los insumos, las innovaciones se amortizan rápidamente y se ahorra dinero público y privado que pue-de ser destinado a otros usos.

Asimismo, desde CADIEEL se auspician otras políticas, como la implementación de una tarifa eléctrica nocturna que descomprima la demanda en las horas pico, las po-líticas públicas destinadas a favorecer la fabricación de elementos de alto rendimien-to, las campañas de concientización y fomento y los programas de etiquetado en lámparas y electrodomésticos que indiquen al usuario cuál es el nivel de consumo de ese producto.

Estos no son más que algunos ejemplos concretos de cómo la industria nacional pue-de, aquí y ahora, aportar soluciones para sobrellevar la creciente demanda energéti-ca. Nuestro sector es dinámico y está en crecimiento con iniciativas y una fuerte apuesta al desarrollo de una industria nacional de alto valor agregado.

Es por eso que presentó en el Congreso Nacional un Proyecto de Ley para la Promo-ción del Sector Electro-electrónico que, de ser aprobado, permitirá inversiones por más de $ 6.000 millones, la creación de más de 33 mil empleos y la sextuplicación de sus exportaciones, todo esto sin costo fiscal para el Estado Nacional.
Esta norma, sumada a otras como la modificación del régimen de Compre Trabajo Argentino, la simplificación de los trámites y reintegros para las exportaciones y el empuje a las políticas de seguridad y eficiencia eléctrica permitirán que nuestro país recupere un lugar de vanguardia en el desarrollo tecnológico.

 

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