Desde el Centro de Control ahora es posible reunir la información -voz, imágenes o video- proveniente de distintos puntos para analizarla y convertir estos datos en inteligencia. De esta forma, hoy, un policía cuenta con un complejo ecosistema de aplicaciones que aumenta la velocidad para entender e interpretar lo que está ocurriendo durante y después de un determinado evento, así como también, ejecutar y anticipar acciones antes de que suceda.
La prioridad es según los expertos, “poner la tecnología al servicio de la búsqueda de evidencia para la toma de decisiones”.1
En Argentina diversas fuerzas de seguridad van en esta dirección, como el Ministerio de Seguridad de la Nación, Policía Federal Argentina, Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, las Policías de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Misiones, Santa Fe y San Juan, entre otras. En 2020 el Ministerio de Seguridad de la Nación, junto con las fuerzas federales en su conjunto, implementó la utilización de equipos de radiocomunicación encriptada de dos vías digitales para fortalecer los controles y la seguridad a lo largo de la frontera noreste, desde Puerto Iguazú, hacia Posadas, y siguiendo hacia Itatí y la ciudad de Corrientes, integradas a las comunicaciones en el resto de la frontera argentina. Mientras, el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Córdoba dotó a la Policía al número único de emergencia 911 con un Centro de Control Centralizado, y con Geolocalización para el área urbana de la ciudad de Córdoba y su zona de influencia.
El uso de las cámaras corporales posibilita registrar en forma digital diversos eventos e, incluso, utilizar este material como prueba de testimonio ante la justicia. De hecho permite armar la cronología de lo sucedido sin depender de la memoria de los involucrados. Prueba de esta tendencia es la reciente incorporación por parte del Ministerio del Interior francés de 30.000 cámaras corporales para sus efectivos, uno de los despliegues más grandes con este tipo de tecnología. Aunque no es el único caso, otras fuerzas de Seguridad Pública están adoptando estos medios tecnológicos, como la Policía Metropolitana de Nashville, la Policía Nacional de Rumania y los Servicios de Ambulancia de Londres, junto con la Policía de Chile, Bélgica, y varias fuerzas policiales del Reino Unido que ya cuentan con estas soluciones.
Gracias a la documentación de eventos en tiempo real, las cámaras corporales se están convirtiendo en una herramienta clave para las fuerzas de seguridad, pues permiten transmitir secuencias en vivo a otros dispositivos. Este es, sin dudas, un recurso potencialmente valioso que puede combinarse con las funcionalidades de un equipo de radiocomunicación ante cualquier tipo de abuso o amenaza de violencia en su trabajo.
Hay cámaras con batería de larga duración, de más de un turno de trabajo, que además cuentan con la posibilidad de realizar hasta 12 horas de grabación continua, que se pueden complementar con una amplia gama de accesorios, entre los que se incluyen cámaras para cascos que permiten a los oficiales de motocicletas capturar imágenes de alta definición incluso cuando conducen a alta velocidad. Otras innovaciones pueden incluir software que activa automáticamente una grabación y transmite en directo el contenido de la cámara corporal si un oficial saca su arma, así como una aplicación que permite a los oficiales ver y clasificar las imágenes en campo.
Las cámaras tienen una funcionalidad de software de gestión de evidencia, que sirve para mejorar la eficiencia a medida que el video se convierte cada vez más en parte del flujo de trabajo de un organismo. Las cámaras descargan video grabado directamente y almacenan de forma segura estos datos en infraestructuras seguras, en instalaciones propias, o en la llamada Nube, si se desea. El registro se organiza utilizando la hora, la fecha y la ubicación, junto con los datos de incidentes añadidos por los oficiales.
La pandemia ha transformado la metodología de trabajo y acelerado los procesos de digitalización. Las nuevas tecnologías juegan un rol muy importante en un mundo cada vez más globalizado, en el que se genera información de valor cada segundo, por eso es crucial que nuestras agencias de seguridad cuenten con un ecosistema integrado de soluciones que permita obtener, administrar y analizar los datos para convertirlos en inteligencia capaz de fortalecer el accionar de las fuerzas de seguridad y brindar seguridad a nuestras comunidades.