En entrevista con Ronald David Zúñiga Sánchez, Product Marketing Manager para Hanwha Vision Latinoamérica, conocemos además de las novedades tecnológicas, su visión del mercado, perspectivas de adopción y ventajas para usuarios e integradores.
Buenísima pregunta, porque se refiere a un mercado que, como bien sabemos, suele actuar como early adopter, es decir, de los primeros en animarse a probar nuevas tecnologías. Y eso es cierto: en muchas industrias de América Latina, incluyendo la de seguridad electrónica, existe ese impulso por estar a la vanguardia, por probar lo nuevo.
Ahora bien, esa adopción requiere una preparación en varios frentes: en lo económico, en infraestructura y, muy importante, en la madurez del usuario, es decir, de quien va a aplicar esa tecnología, ya sea en inteligencia artificial o en soluciones en la nube.
Te diría que, en los últimos tres años, particularmente en lo que respecta a la nube, observamos un dato muy interesante: el costo del ancho de banda en América Latina ha disminuido, en promedio, entre un 20 % y un 30 %. Hay casos destacados, como Chile, que actualmente tiene el Internet más rápido de toda la región, y México, donde el costo por megabyte es muy similar al de zonas como Europa o Estados Unidos.
Este tipo de avances actúa como un habilitador clave —entre muchos otros— para la adopción de tecnologías en la nube. Porque cuando hablamos de nube, sabemos que existe una dinámica bidireccional entre lo que ocurre en el sitio (como la captura de video o datos) y lo que se procesa y almacena en la nube.
En el ámbito de la inteligencia artificial, Hanwha Vision se enorgullece de liderar una de las tendencias más relevantes del momento: la tecnología de procesamiento en el borde (edge computing). Aunque este concepto ya es conocido desde hace años en el mundo de la infraestructura —donde, por ejemplo, se busca reducir la latencia procesando datos en servidores más cercanos al usuario, como uno ubicado en México en lugar de en Estados Unidos—, ahora se traslada con fuerza a la industria de la seguridad electrónica.
Hanwha Vision ha adoptado este enfoque para que las cámaras funcionen como esa “primera milla” de procesamiento. Es decir, que sean capaces de ejecutar tareas de análisis y toma de decisiones directamente desde el dispositivo, sin depender completamente de servidores centrales. Esto permite respuestas más rápidas, mayor eficiencia y menor carga de red, lo que representa un avance significativo para el sector.
En lugar de procesar en la nube eventos como la detección de un accidente, la caída de una persona o incluso un grito captado por sistemas de audio, hoy es posible que ese análisis ocurra directamente en el dispositivo. Aunque la diferencia en tiempo puede parecer mínima —solo milisegundos—, cuando se trata de proteger vidas o activos, esos instantes pueden marcar la diferencia.
Esta es justamente la lógica detrás del edge computing, una tendencia que ha ganado fuerza gracias a la reducción en los costos de procesamiento, lo que facilita su adopción tanto desde el punto de vista económico como desde la oferta de productos. En esa línea, Hanwha Vision introduce su innovación más reciente: Wisenet 9, un chipset desarrollado y fabricado íntegramente por la compañía. Esta autonomía permite ofrecer productos más inteligentes a menor costo, ya que Hanwha Vision controla todo el proceso, desde el diseño hasta la manufactura.
En definitiva, es una combinación de factores: la evolución del entorno económico, la mejora en recursos como la conectividad y el costo energético, y el espíritu innovador de la región. América Latina, cada vez más, se consolida como un early adopter. Mantener ese impulso por probar nuevas tecnologías es clave, porque también acelera las condiciones necesarias para hacerlas realidad.
Cuando hablamos de procesamiento en el borde (edge computing), nos referimos, ante todo, a una reducción de la latencia, es decir, al tiempo que transcurre entre la recepción de un dato y la generación de una respuesta. Esta reducción no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también impacta directamente en el costo total de propiedad de un proyecto.
En lugar de instalar servidores dedicados o contratar servicios en la nube —que implican costos mensuales, consumo de energía, sistemas de enfriamiento y mantenimiento—, llevar el procesamiento al borde permite simplificar la infraestructura. Esto se traduce en una menor lista de materiales, menos equipos por gestionar y, en consecuencia, una operación más ágil y económica.
Para el integrador, contar con procesamiento en el borde significa tener un equipo menos del cual preocuparse. Ya no es necesario gestionar un servidor adicional o una infraestructura externa, porque el procesamiento está integrado en el mismo sensor, es decir, en la cámara. Para el usuario final, esto se traduce en una respuesta más rápida y eficiente.
Esto cobra especial relevancia en América Latina, donde muchas infraestructuras fueron instaladas hace más de una década. Aunque es cierto que el costo del ancho de banda ha disminuido, muchas operaciones —como las de seguridad ciudadana, minería o retail— siguen funcionando sobre redes existentes, que no siempre están actualizadas.
En estos casos, el desafío es aprovechar al máximo los recursos disponibles. El procesamiento en el borde ayuda a reducir la carga sobre la red y el consumo energético, ya que permite operar directamente desde el dispositivo. Por ejemplo, al reemplazar una cámara convencional por una nueva cámara Hanwha Vision con edge computing, se obtiene más capacidad sin necesidad de ampliar la infraestructura, lo que también evita costos adicionales por otros frentes.
Muchas veces, los propios clientes nos lo dicen: “Quisiera tener esa analítica, pero no puedo, porque tendría que romper una pared y montar otro rack, y eso me sale más caro que simplemente cambiar una cámara”.
En esos casos, el procesamiento en el borde representa una solución concreta. Para el usuario final, implica una reducción significativa en costos de infraestructura y, al mismo tiempo, una mejora en los tiempos de respuesta. Es una forma más accesible y eficiente de incorporar analítica avanzada sin grandes intervenciones físicas ni inversiones adicionales.
Este año, nuestro eslogan es: "Innovación que supera las expectativas". ¿Por qué lo elegimos? Porque estamos en una era en la que prácticamente todo incorpora inteligencia artificial: desde una licuadora hasta un refrigerador. Y eso está bien, porque se trata de una herramienta con altísima adopción.
Sin embargo, en Hanwha Vision nos gusta ir más allá: pensar en el problema real que tiene el cliente y en lo que espera resolver con una solución de video o con cualquier otra tecnología que ofrecemos. Por eso, nuestra apuesta es desarrollar herramientas que respondan directamente a necesidades concretas. A ese enfoque lo llamamos verticalización de nuestras soluciones.
Un ejemplo concreto de cómo llevamos nuestro lema a la práctica es lo que presentamos en Expo Seguridad 2025: una cámara con lector de código de barras integrado, diseñada específicamente para el sector logístico. Antes, las empresas debían operar con dos sistemas separados —uno para lectura de códigos y otro para videovigilancia—, lo que implicaba mayores costos, mantenimiento y complejidad operativa. Con esta solución, unificamos ambas funciones en un solo dispositivo gracias al concepto de Edge Computing, resolviendo así un problema puntual del rubro.
En el ámbito de seguridad ciudadana, traemos nuestras cámaras multisensor y soluciones con procesamiento en el borde potenciadas por chips NVIDIA, capaces de realizar analítica avanzada, integración con sistemas de reconocimiento facial de terceros y otras funciones inteligentes. En este caso, el objetivo es claro: superar las expectativas del usuario entregando más valor con lo que ya tiene, sin necesidad de sustituir toda la infraestructura existente.