ANáLISIS Y TENDENCIAS | 12 JUN 2014

Los drones levantan vuelo y revuelo

Si bien desde hace tiempo los drones sobrevuelan la Argentina y ya son parte de la vida cotidiana, la fabricación o importación de éstos por parte de la Policía Metropolitana provocó que un grupo de parlamentarios reclame una ley que regule su uso ante el temor de que sirvan para tareas de inteligencia o invadan la intimidad en el espacio público.




La reciente aparición en fotos de prensa de un dron en una manifestación y el anuncio de la fabricación de un prototipo por parte de la policía de Buenos Aires abrió un debate sobre la necesidad de legislar acerca de esta tecnología aeroespacial.

La polémica empezó con las imágenes de un dron tomadas el 14 de mayo durante una marcha de la central obrera CGT en el centro de Buenos Aires, donde se observó la aeronave sobrevolando el área de la concentración. El origen del drone en el acto no ha sido aclarado: unos afirman que es una herramienta de filmación de un canal de noticias y otros sospechan que fue usado por la policía.

Un grupo de especialistas en seguridad, periodistas, científicos, investigadores y políticos argentinos enviaron un documento al Ministerio de Defensa para exigir "un debate" acerca del uso de los drones, al tiempo que plantearon la duda acerca de que en nuestro país se estén fabricando.

Inicialmente, su uso sería el control visual a través de videocámaras, del espacio público, de incidentes o accidentes que se pudieran suceder, desde manifestaciones, robos, incendios, derrumbes, inundaciones y otros eventos. Pero, esta tecnología también podría ser utilizada para otros fines como espionaje, violación de la intimidad y represión; ya que estos voladores no tripulados también podrían transportar sustancias como gases lacrimógenos, dardos eléctricos o diferente tipo de armamento y sustancias.

Los legisladores de la ciudad de Buenos Aires proponen prohibir su uso hasta que no se apruebe una legislación nacional que los regule.

La industria de aeronaves con sistema de tripulación remoto, o no tripulados, está viviendo un proceso de auge a nivel mundial –incluyendo a la Argentina-, y ya hay más de 7.000 empresas e instituciones públicas y privadas en 60 países involucradas en su promoción, según la Asociación de sistemas de vehículos no tripulados internacionales.

El tema está mundialmente en debate. A fines de 2013 la Unión Europea definió la integración progresiva de los drones recién a partir de 2016. Hasta diciembre pasado, en Europa, aparte de España, sólo Francia trabajaba en una legislación para estos aparatos.

Estados Unidos autorizó a principios de junio, la entrega de la primera licencia de vuelo para drones en zonas de explotación petrolera en Alaska a la compañía petrolera BP. Algunas agencias públicas del gobierno estadounidense ya habían usado estas aeronaves para cuestiones de seguridad, rescates o previsiones meteorológicas.

Brasil, por su parte, viene usando estos aparatos desde hace dos años y con motivo del Mundial de Fútbol las Fuerzas Armadas y la Policía Federal tienen a disposición drones para usarlos si la situación lo amerita. “Son drones sólo de vigilancia y provistos de cámaras”, dijo una fuente de las fuerzas de seguridad para la Copa. Brasil ya utilizó drones en la Cumbre de la ONU Río+20 de 2012 y en la copa Confederaciones de fútbol y en la Jornada Mundial de la Juventud Católica en 2013. Además, las Fuerza Armadas de Brasil, utilizan drones para vigilar la Triple Frontera, bajo el argumento de controlar el ingreso de mercaderías ilegales desde Argentina, Uruguay o Paraguay. Según publicó meses atrás un medio guaraní, autoridades de los tres países han presentado denuncias sobre avistajes de aviones no tripulados ingresando a sus territorios sin autorización. Se estima que más de 200 drones de diversos tamaños operan en Brasil sin ningún tipo de regulación para su uso civil, comercial o militar.

Son innumerables las aplicaciones que los Drones, VANTs, UAVs o SUAs ofrecen; y definitivamente muy amplias las implementaciones en el campo de la seguridad.