ANáLISIS Y TENDENCIAS | 20 NOV 2006

Definiciones sobre la cultura y la empresa

Por Lic.  Salomón Jorge BaborAntropólogo. Posgrado en Marketing. Consultor de Empresas. Docente Universitario  PARTE 1El artículo presenta los lineamientos generales para comprender el concepto de CULTURA en el ámbito de las organizaciones empresariales, tomando como base el cruce interdisciplinario entre las corrientes del management –las más utilizadas y comentadas dentro de las compañías- y la vertiente antropológica, quizás menos conocida y mucho menos aplicada en las empresas.




Cultura Empresarial, Cultura Corporativa y Cultura  Organizacional
En los textos de formación empresarial, cuando encontramos desarrollado extensamente o, incluso, cuando se hacer referencia en forma tácita al concepto cultura empresarial en general, notamos que para poder entender de qué se trata, tenemos que esforzarnos para descubrir su alcance y qué tipo de actos o fenómenos pueden ser tenidos en cuenta.
 
El concepto de cultura empresarial puede desdoblarse en dos términos que suelen ser utilizados como sinónimos en la bibliografía específica, aunque resulta evidente que los tópicos que abarca cada uno, la jerarquía de los problemas a los que aluden y los alcances ideológicos son bastante diferentes. Además de cultura empresarial, aparecen en la escena cultura corporativa  y cultura organizacional.
 
Si por cultura empresarial se entiende la proclividad de hacer negocios o la tendencia a generar o fomentar un espíritu emprendedor en las personas, a grandes rasgos, con cultura corporativa se alude a una clasificación de cómo es la empresa, cuál es su corporate, dónde establecer su origen accionario o fundacional y qué implicancias tiene la caracterización realizada con su performance en el mercado.
 
Con el concepto de cultura corporativa aparece -o se disfrazan, tal vez-, algunas problemáticas que más se aproximan al campo de las disciplinas sociales y humanísticas.  En suma, ese concepto se acerca a una definición antropológica-sociológica de la cuestión, en la medida que intenta abordar la problemática de sentido del accionar empresarial y, fundamentalmente, la predisposición epistemológica de comprender,  interpretar y analizar la labor de la empresa como sistema que participa o actúa en otro sistema mayor (la sociedad donde opera).
 
Para el caso de cultura organizacional, en cambio, el hincapié está planteado fundamentalmente sobre dos andariveles: por un lado, la impronta del fundador o fundadores -el rol de los líderes o de la gente que hace la empresa- y por el otro, de igual o mayor importancia, el establecimiento de pautas, normas y procedimientos que hacen a la organización y mejor funcionamiento de la empresa.
 
En el propósito de delinear qué es una organización, Bartoli configura un juego semántico entre la “acción de organizar” y el “conjunto organizado”, sintetizando la definición de organización en las siguientes palabras:
 
En ciencias de la gestión, la organización es a la vez la acción de organizar, el resultado de esa acción y el conjunto organizado en sí mismo (BARTOLI; 1992; pág. 18).
 
 
Para la autora citada, la organización es -de manera un tanto compleja y paradójica- el conjunto organizado; la organización son las estructuras que posibilitan la acción; la organización implica la acción de organizar y por último, la organización es el resultado simultáneo de esa propia acción organizada.
 
El alcance de la función de la cultura, ensamblado con el uso o la utilización del propio concepto de cultura en el ámbito empresarial,  es precisamente lo que habilita nuestra hipótesis de inicio, a saber, que las empresas usufructúan el concepto de cultura corporativa u organizacional indistintamente, cuando tienen indicios o suponen que la gente que hace la organización, es decir los empleados, tienen o adolecen de problemas de participación y de  nula o escasa identificación con los valores de la compañía.
 
Continúa en el próximo número...
 
 
Ref. Bibliográfica. BARTOLI; A. Comunicación y Organización; PAIDOS; Barcelona; 1992
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